Este breve
artículo constituye una serie de recomendaciones de la obra del gran cineasta
italiano Vittorio De Sica (1901-1974). Director de más de treinta películas,
con las cinco que citaremos basta para colocarlo entre los nombres más
importantes del cine de su país. Fue uno de los más notables representantes del
neorrealismo italiano. Dotado de una inigualable capacidad para suscitar
fuertes emociones en el espectador, sin caer en lo vacuo, fue en gran medida responsable de la explosión de la bella Sophia Loren, quien protagonizó
varias de sus últimas películas. Además de realizador, fue un laborioso actor, profesión
que también le dio algunos reconocimientos, como una nominación al Óscar a
mejor actor de reparto por “Adiós a las armas” (1957). Asimismo, fue uno de los
protagonistas de la gran obra maestra de Max Ophüls “Madame de…” (1953).
Una aclaración antes de comenzar: esta
lista no pretende ser un “top” del director, ya que quien escribe todavía tiene
pendientes varias de sus cintas.
1- El limpiabotas (Sciuscià, 1946)
Tal vez su mejor película. Primera ganadora del Óscar
a la mejor película extranjera, esta obra maestra se centra en los destinos de
dos amigos pobres, Pasquale y Giuseppe, que, deseosos de comprar un caballo,
participan de una venta ilegal que termina con ambos en un reformatorio, donde
la fuerte amistad que hasta entonces sostenían se ve afectada por penosas
circunstancias. Como en la mayoría de sus trabajos, De Sica logra aquí conmover
con maestría; la simpatía que sus personajes generan en el espectador son la
causa de que, cuando la adversidad les acomete, nos vemos tan profundamente
afectados como ellos. El final del filme me parece uno de los mejores y más
bellos de la historia del cine.
2- Umberto D. (Umberto
D., 1952)
Una de las mejores películas sobre la vejez que se han
rodado. Curiosamente se estrenó el mismo año que su prima hermana, “Vivir”, de
Akira Kurosawa. Homenajeando a su padre, De Sica nos cuenta la historia de un
anciano jubilado, de escasos recursos, y sus problemas para mantenerse estable
en la pensión donde vive. Su soledad sólo es amainada por su gracioso perro
Flike y la simpática sirvienta María. Simple, aunque profundo, retrato de una
vida (y de una sociedad). Obra maestra.
3- Milagro en Milán (Miracolo a Milano, 1951)
Luego de varios años rodando películas dramáticas con
fuerte contenido social, enmarcadas por supuesto en la corriente que
predominaba en ese entonces, De Sica tomó en la década del 50 un rumbo más
orientado a la comedia, sin perder con ello calidad, ni originalidad. Esta
bellísima película, aunque técnicamente inferior a las anteriores, constituye
probablemente su comedia más lograda. Es simpática, risueña y enternecedora. Puede
tener, sin embargo, lecturas algo pesimistas, o desalentadoras, así como
momentos de gran seriedad, o de tristeza, como esa secuencia inicial en la que
el infante Toto acompaña en soledad el sepelio de su madre adoptiva. Este
personaje es para mí uno de los mejores dentro de la obra del director.
Difícilmente haya otro tan entrañable, tan inolvidable.
4- Ladrón de
bicicletas (Ladri di biciclette, 1947)
Sin ser su mejor obra, es la que cuenta con mayor fama
internacional, así como con el elogio de casi toda la crítica y el mundo
cinéfilo en general. Siempre aparece en listas sobre las mejores películas de
la historia. Cuando se habla de neorrealismo italiano, los ejemplos más fáciles
son “Roma: ciudad abierta” y “Ladrón de bicicletas”. Más allá de los
desperfectos, es innegable el valor documental, histórico y
representativo que posee esta cinta. Narra los esfuerzos de un padre para sacar
a su familia adelante, en la Roma de la posguerra. Su marcada autenticidad, que se
explica por el uso de decorados reales de Roma en reconstrucción, la
fotografía, la sencilla puesta en escena y el uso de actores no profesionales,
es indudablemente lo que confiere a esta cinta la mayor parte de su valor, y
posiblemente de su fama.
5- Dos mujeres (La ciociara, 1960)
Había que incluir una película de la etapa final de su
carrera. Había que incluir una película con su musa principal: Sophia Loren.
Esta película le dio un muy merecido Óscar a mejor actriz a la entonces
guapísima diva italiana. La película narra las travesías y sufrimientos de dos
mujeres, madre e hija, cerca del final de la Segunda Guerra Mundial, tema aún
recurrido en esta etapa por el director. En el reparto también está el
consagrado actor Jean-Paul Belmondo, de notable actuación. La obra posee una de
las escenas más fuertes y desgarradoras de la época; en ella las mujeres son
violadas en una iglesia por soldados franceses.
Escribió: Juan Ignacio Raffo
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